A San Telmo se le cortó su racha invicta y, tras el 0-1 en Mar del Plata ante Alvarado, perdió la chance de salir de toda posición de descenso y definitivamente depender de sí mismo. Sin merecer la derrota, salió a jugar de igual a igual en una cancha muy difícil.

El primer tiempo arrancó con dos equipos buscando la rápidamente la diferencia a su favor. La primera ocasión fue para Alvarado, con una buena jugada de Edward Bolaños hasta al fondo, encontrando a Franco Malagueño, que estrelló su remate en el palo, cuando recién se cumplía el minuto de juego.

A partir de los 15, fue San Telmo quién creció en el juego, y tuvo varias ocasiones, con una serie de rebotes en el área local que no pudo terminar de ejecutar Juan Requena, una contra comandada por Adrián Fernández que por poco no derivó en mano a mano de Érik Bodencer, y un remate sensacional de tres dedos de Abel Amaya que exigió al arquero

El complemento cambió todos los planes de arranque. El gol de Federico Boasso llegó por sorpresa y puso una ventaja que, de momento, no era justificada. Con este resultado, los marplatenses cerraron líneas en defensa, y el juego planteado por José Bianco no paraba de modificarse tras la amonestación a Juan Requena, que lo dejaba condicionado, y la lesión de Kevin Ceceri, dos situaciones que obligaron los cambios.

A pesar de los numerosos intentos, el paso de los minutos sentenció un resultado que ya no deja a Telmo dependiendo de sí mismo, pero aún con buenas opciones de evitar no solo el descenso directo, sino también la promoción. Quedan cuatro finales, y hay que jugarlas como tales. ¡Vamos, Telmo!