De las broncas, la mejor. San Telmo arrancó ganando y jugó bien, pero Barracas Central supo pisar fuerte y el 1-1 parece conformar. Debut múltiple para ya ir pensando en la Copa Argentina.

Los clubes crecen. Tienen que crecer. Y San Telmo está haciendo todo lo posible por acrecentar su Institución, algo que, siempre, se refleja en el campo de juego.

Después de mucho tiempo, el Candombero volvió a la Segunda División, y el debut en el torneo fue ante un Barracas ya mucho más consolidado. Pero no solo se debutó en el torneo: Telmo nunca había jugado en la B Nacional, nombre que tomo tras la reestructuración, ni mucho menos en la Primera Nacional, su denominación actual.

Y si hablamos de crecimiento y experiencias nuevas, la novedad estuvo en la cancha, ya que el Osvaldo Baletto inauguró la primera parte de una obra que será enorme: se están cambiando los paredones del estadio, un trabajo que está dedicado al histórico Carlitos Ríos, que está peleando su propio partido.

En la misma línea, otra nueva: la inauguración de la nueva página web del club permite que este texto llegue a todos los Candomberos. Más información y calidad de acá al futuro.

Ah, ¿futuro querían? ¡Hay futuro y presente! Otro debut, y esta vez en las redes: Alexander Zurita, del semillero del club, llegó a su primer gol en Primera, que también es el primer gol (suyo y del equipo) en la Primera Nacional.

Y eso fue, prácticamente, el principio del partido. El tanto que llegó a los 11 minutos empujó a San Telmo a intentar mantener la presión, la intensidad y la mentalidad ofensiva para no dejar jugar a Barracas. Hasta ese entonces, Telmo había intentado una vez con un remate lejano de Javier Velázquez, que fue bien rechazado por el arquero, y el 9 candombero no pudo tampoco en el rebote.

Con ese intento de ir por más, Esteban Rueda, de lo mejor del partido, desbordó numerosas veces por la banda izquierda, siendo la más destacada la que, a los 16 minutos, culminó con un centro que Lucas Arce remato afuera.

Mientras los de Pablo Frontini seguían probando, por ejemplo, con Ricardo Ramírez de afuera del área, el barraqueño se iba animando y, a los 23, lograba complicar a un Alan González que se mostró muy seguro durante todo el partido.

Sin mucho más que destacar, terminó el primer tiempo, comenzó el segundo, y transcurrieron 15 minutos de poca acción. Recién a los 20, el quiebre: mal pase atrás de la visita, el arquero Maximiliano Gagliardo sale hasta el lateral y pierde la pelota con el Chaco Ramírez, que cede para Arce y, cuando tenía pase a Velázquez o remate a valla vacía, no se decidió y terminó dilapidando lo que sería lo mejor del complemento.

Con la espina de esa jugada, Telmo se fue durmiendo mientras los de Rodolfo De Paoli seguían creciendo, y lo coronaban de la mejor manera: centro desde la derecha, la pelota que le queda a Germán Estigarribia y, a pesar de la buena paciencia de González para achicar y dejar sin opciones al 9, el goleador convirtió el empate.

Con el 1-1, Barracas siguió creciendo, pero los 10 finales fueron todo de azul-celeste. Sin embargo, la pólvora se había mojado, y la igualdad, aunque amarga, suma para un San Telmo que dejó una muy buena imagen, tanto dentro como fuera de la cancha.

Ahora, a seguir la seguidilla: el miércoles hay Copa Argentina vs Laferrere; lunes, viaje a Mendoza para enfrentar a Independiente Rivadavia; después en casa con Atlético de Rafaela. Se pone lindo el principio de año. Vamos Telmo. Siempre a más.