¡Cómo para no creer en los milagros! San Telmo necesitaba ganar, y ganó en la última; necesitaba que Almagro pierda, y perdió en Santiago del Estero; y como si fuera poco, ante un escenario adverso, necesitaba que Flandria no gane… y se quedó sin victoria en la última. Con el gol de Héctor Gónzalez que selló el 2-1 sobre Deportivo Morón, el Candombero tiene, por lo menos, una chance más de mantener la categoría, y todos los cañones apuntan ahí.

El primer tiempo mostró poco que destacar. Apenas una buena atajada de César Atamañuk y dos ocasiones para Benjamín Giménez dieron material al resumen de unos 45 minutos que mostraban a dos equipos queriendo ganar, pero sin dejar a la suerte su propio arco.

Para la segunda mitad, pusieron todo lo que tenían. Con un ida y vuelta infernal, tanto Morón como San Telmo tuvieron control de la pelota con buenas terminaciones. Llegando a la hora de juego, contraataque letal: Agustín Stancato recibió de Juan Requena, filtró para Adrián Fernández y, con Benjamín Giménez llevándose una marca por derecha, el Toto tuvo la frialdad para verlo llegar solo a Ezequiel D’Angelo por izquierda, para que el ’10’ centrara con puntería quirúrgica para Giménez, que de cabeza adelantó al Candombero en el marcador.

Aún con la desventaja, el Gallo se clasificaba al reducido, pero no se podía dormir y lo sabía. Por eso, con mucha gente en ataque, fue con todo a por el empate, y lo consiguió en una desafortunada jugada donde Atamañuk quedó en el suelo reclamando una falta y un jugador candombero llegó a despejar en la línea, pero la pelota ingresó igualmente en el arco.

Pasando los minutos, Telmo se fue haciendo más y más dominante, teniendo más de una chance de volver a ponerse en ventaja. A los 75, un manotazo salvador del arquero Bruno Galván mantenía la igualdad, instantes antes de dos noticias de relevancia para la campaña santelmista: llegaron los goles de Güemes ante Almagro y, sobre todo, de Flandria sobre San Martín, lo que dejaba a San Telmo en zona de descenso directo, y a un gol de la salvación.

Con desesperación, pero con corazón, el Candombero acorraló a Morón, y los cinco minutos de agregado parecían quedar cortos cuando, a los 92, un gran pase de Ramiro Luna encontró a Requena ingresando solo por izquierda, enganchando y rematando esquinado, pero encontrándose con otra soberbia reacción de Galván. Con la épica en la mira, fueron todos a buscar el envío de Gastón Díaz, Atamañuk incluido, y el rebote encontró a uno de los emblemas, al «Lorito» Héctor González, que logró marcar el gol de la victoria y desatar la locura total en el banco, en el barrio de San Telmo, en la Isla Maciel, y en cualquier rincón del mundo donde lata un corazón azul y celeste.

Con el 2-1 a favor, el resultado de Flandria ya no nos afectaba, pero sí el de Almagro, que cayó por 1-0 en Santiago del Estero y, de esta forma, el Candombero deberá enfrentar al Tricolor para desempatar esa penúltima posición. Es la primera vida extra que tenemos, pensando en evitar el partido contra Tristán Suárez y disfrutar, directamente, de ser Nacionales un año más.

Punto y aparte para la gente del Deportivo Morón, que dependía de sí mismo, pero con nuestra victoria y los resultados ajenos se quedó afuera de todo. Aún con este panorama negativo, tanto sus integrantes del Departamento de Prensa como sus principales dirigentes se acercaron al vestuario para felicitar a la delegación candombera. Es un gesto que no se suele ver, y que hay que destacar ante tanta violencia dando vueltas. El agradecimiento es total.

Ahora, a esperar por las definiciones. Resta saber cuándo y dónde se jugará el desempate ante Almagro. Sea como sea, será con garra y corazón. ¡¡¡VAMOS TELMO!!!