San Telmo mereció mucho más que Patronato, manejó el partido, generó muchas ocasiones de gol, pero un gol de penal en el arranque lo dejó con las manos vacías. Buena presentación del equipo de José Bianco, que buscará ganar en el último juego de local para escapar del descenso.

El primer tiempo fue pura injusticia. Arrancó muy bien Patronato, que se puso en ventaja en una jugada fortuita donde la pelota impactó en la mano de Emanuel Díaz Chaves y el árbitro marcó como penal, que Ignacio Russo cambió por gol.

A partir del 1-0, fue todo de San Telmo. Benjamín Giménez se peleó con todos arriba y logró pivotear bien varias veces para las subidas de Abel Amaya, Ezequiel Ramírez y Ezequiel D’Angelo. Las más claras fueron un centro de este último que cabeceó en contra Matías Levato y casi se mete contra un palo, y una gran jugada colectiva que terminó por izquierda con un control y pirueta del Chaquito Ramírez que no encontró arco.

El segundo tiempo no cambió la tónica. El Candombero fue muy superior y generó no menos de cinco ocasiones claras de gol, sobre todo con Giménez, que tuvo las mejores.

Un remate de afuera del área que saca milagrosamente Julio César Salvá, un derechazo cerca y hasta un gol anulado por offside, todas del ‘9’, complicaron a un Patronato que nunca plantó cara y se encerró en su campo para mantener el resultado que los salvaba del descenso.

A pesar de todos los esfuerzos y con un arquero local totalmente inspirado, el final dejó una desazón en el pueblo santelmista que esperaba una victoria que diera una bocanada más de cara al último compromiso como locales.

Con 34 puntos, el Candombero sigue penúltimo con dos de ventaja sobre Flandria, los mismos que Almagro (que aún debe jugar) y uno menos que Guillermo Brown. La batalla por mantener la categoría está al rojo vivo, y una victoria ante Güemes, el sábado a las 15 hs. será clave para seguir soñando en ser nacionales un año más. ¡¡Vamos Telmo!!