San Telmo jugó un gran primer tiempo, ganaba 3-0 y no recibía goles por primera vez en mucho tiempo, pero no pudo aguantar en el segundo, sufrió errores propios y pagó dejando en el camino dos puntos que parecía tener en el bolsillo.
La primera mitad no mostraba nada. Pasaron 20 minutos sin una sola ocasión hasta que el cambio posicional de Rodrigo González y Esteban Rueda, intercambiando banda derecha por izquierda y viceversa, respectivamente, levantó el nivel ofensivo de San Telmo, que era quien tenía la pelota.
A los 28, un córner de Sebastián Riquelme rechazado por la defensa volvió a encontrar al ex Atlanta por derecha, que hizo una gran jugada personal, centró al segundo palo y, ante la duda de Emanuel Bilbao, Thomas Amilivia desvió para el 1-0 parcial.
De ese gol, saque del medio, desesperación por atacar de Villa Dálmine y contraataque letal con conducción de González, pase al medio para Riquelme y remate al palo, pero con la aparición solitaria de Claudio Salina para poner el partido de 0-0 a 2-0 en cuestión de un minuto.
De ahí en más, el Candombero bajó la intensidad y dejó la pelota al Violeta. Pasaban los minutos y los locales se iban animando a más, con un centro que corta excelente David Achucarro cuando quedaba mano a mano con dos rivales, y un gran pase entre líneas del ex Telmo, Ezequiel D’Angelo, que encontró solo a Alejandro Gagliardi, que estaba en offside y de todas formas tapaba bien Pedro Formosa.
Cuando se cerraba el primer capítulo, un nuevo y último contraataque para San Telmo encontró la conducción de Rueda, el pase para Amilivia y el gol de la fecha: un hermoso remate de primera desde afuera del área que se metió por arriba del arquero y en el ángulo superior izquierdo, para gritar un 3-0 que parecía sentenciar la historia.
El segundo tiempo ya se veía venir intenso. Del saque del medio nomás, Dálmine metió el primer pelotazo a la espalda de los centrales santelmistas, buscando inclinar la cancha a su favor.
A los 47 minutos, otro envío lejano a la espalda de Achucarro encontró bien parado a Gagliardi, que peleó todo, definió mano a mano con Formosa, de mala salida, y puso el descuento para los locales, que empezaban a creer. Dos minutos después, un remate que impacta en Ezequiel Filipetto encuentra a Francisco Nouet perfilado para su pierna zurda afuera del área que, sin dudar, sacó un remate exquisito que se metió en el ángulo, imposible para Formosa y 2-3. Se venía un complemento a puro nervio.
A pesar de los numerosos intentos de Rodrigo González, Sebastián Riquelme, el ingresado Cristian Medina y un cabezazo de Ezequiel Filipetto, Emanuel Bilbao lograba desviar todo lo que le tiraban y mantener su valla invicta en el complemento.
Para los 82 minutos, con San Telmo refugiado y Villa Dálmine buscando por todos los medios, apareció otra vez Gagliardi aprovechando los huecos en la defensa saltelmista, enfrentar a Formosa, volver a ganarle y definir a arco vacío para empatar un partido increíble.
A partir de la igualdad, San Telmo era el único que buscaba, y ni la expulsión por doble amarilla de Francisco Nouet fue suficiente para conseguir un triunfo que era muy necesario en las aspiraciones por llegar al reducido. Ahora, con 29 unidades y el reducido a siete, hay que esperar a que pasen las Elecciones y hacer una parada muy difícil: All Boys en Floresta, el lunes 13 desde las 15:30 hs. Se puede. Vamos Telmo.